Leyendo la Biblia en un año
El año nuevo es una oportunidad para renovar compromisos, establecer mejores hábitos y para asumir resoluciones. Pero por encima de las metas financieras, personales y de salud, debe estar la meta de leer la Biblia consistentemente. Este año podemos crecer en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios y fortalecer nuestra relación con el Señor a través de la lectura diaria de la Biblia.
La importancia de la lectura bíblica
La Biblia no debería ser solamente otro libro que ocupa espacio en nuestro librero o mesita de noche. La Biblia es la Palabra de Dios, sagrada e inspirada, y debería ser prioritaria en nuestras vidas. Debemos leerla cada día, tener la Palabra de Dios siempre en nuestros labios y dejar que haga impacto en nuestras vidas. Dios nos reta como también exhortó a Josué:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
Las excusas, como el mal ánimo, desafortunadamente siempre abundan. Cuando empeñamos en una nueva tarea, un nuevo reto o trabajo que requiere esfuerzo y entrega, muchos nos damos por vencidos y justificamos nuestra falta de compromiso. De la misma manera, podemos llegar a caer en inconsistencia en cuanto a la lectura bíblica y justificarnos con Dios creyendo que Él entenderá que estamos ocupados y que nuestras múltiples responsabilidades son extremadamente importantes. Pero nada es más importante que conocer a Dios y tener una relación con Él, y sin Jesús y la lectura de la Biblia, eso es imposible. Pongamos todas las excusas a un lado; hagamos un compromiso; leamos la Biblia con deleite, atención y reflexión.
Utilizando un método práctico
Primeramente, ¿cuál es el beneficio de iniciar un plan de lectura anual? ¿funciona utilizar una guía de lectura anual en realidad en cuanto al estudio bíblico? Si se hace correctamente si puede ayudarnos. Al hacer el compromiso de leer la Biblia en un año, nos hacemos responsables de leer la Biblia cada día, hacemos un seguimiento de nuestro progreso, y leemos libros enteros de la Biblia sistemáticamente. Existen muchos métodos y planes para leer la Biblia en un año. El que más funcionará para nosotros es el que se nos haga más práctico y exista en un medio accesible para nosotros sea impreso, por internet o aún a través de una aplicación móvil. Aquí hay un ejemplo de un plan práctico para leer la Biblia en un año: Guía Para la Lectura Diaria de la Biblia (American Bible Society)
Hay que tener siempre en mente el propósito de la lectura de la Palabra: crecer en el conocimiento de Dios y obedecerle para glorificarle y para cumplir Su voluntad en nuestras vidas. El propósito principal de la lectura diaria no es establecer simplemente rutina o poder tachar cada fecha que cumplimos en un una hoja de guía. A lo contrario, debemos tomar cada lectura como un momento devocional, de meditación y reflexión. Debemos meditar profundamente en lo que leemos y permitir que el Espíritu Santo obre en nuestros corazones. No permitamos que un plan de lectura bíblica, sea por libros enteros de la Biblia, temático, o categórico, se convierta en una presión y en una carga en lugar de ser una bendición. Sin embargo, es importante guardar en mente que aun las cosas que son un deleite en la vida requieren compromiso y disciplina para cumplirse.
Disciplina y consistencia
De la misma manera, la lectura bíblica requiere disciplina y consistencia. Si no se hace un compromiso, no habrán resultados. Sin embargo, si nos disciplinamos y somos consistentes, veremos el fruto de la Palabra de Dios en nuestras vidas. Podemos comenzar estableciendo un tiempo de lectura habitual. Sea en la mañana, en la hora de descanso, o en la noche, mientras más consistentes seamos, aprenderemos mas y la lectura de la Biblia se convertirá en un hábito en nuestras vidas. Por este motivo, la oración y la lecutra bíblica so conocen comúnmente como disciplinas espirituales. La lectura consistente de la Biblia también hará un impacto a largo plazo. Nuestra manera de hablar, pensar y actuar cambiaran porque la Palabra de Dios es útil para enseñar, redargüir, corregir, e instruir en justicia (2 Timoteo 3:16).
Nuestras vidas están llenas de responsabilidades, pasa tiempos, compromisos, y de personas y cosas que demandan nuestra atención. Pero si Dios es nuestra prioridad y nos hemos comprometido a vivir para Él, debemos leer Su Palabra cada día. Este año puede ser un año en el cuál crezcamos en el conocimiento de Dios, maduremos en nuestro comportamiento, y fortalezcamos nuestra fe, pero estas cosas no ocurrirán por coincidencia sino que son el resultado directo de alguien que lee y obedece la Palabra de Dios.
